La saga de Fast & Furious — A todo gas salió a las carteleras en 2001 su trama era la historia de un policía que trabajaba de encubierto haciéndose pasar como un piloto en carreras callejeras para descubrir a una banda de asaltantes; la novena entrega de A todo Gas – Fast & Furious: Hobbs & Shaw inicia su trama con un motociclista que persigue a una mujer que porte un virus capaz de acabar con la vida humana en todo el planeta.
En esta novena entrega Luke Hobbs (Dwayne Johnson) y Deckard Shaw (Jason Statham) enemigos jurados en anteriores cintas trabajan juntos para rastrear al terrorista biónico Brixton Lore, interpretado por Idris Elba, y neutralizarlos para salvar la vida de Hattie la hermana de Shaw, interpretada por Vanessa Kirby, quien lleva ocultas las cápsulas del fatal virus en su cuerpo y deben ser desactivadas antes que se disuelvan y se esparzan.
Una trama con mucha acción al estilo A todo gas
El centro de esta nueva entrega de A todo gas son Hobbs y Shaw, dos personajes adorados por los seguidores de esta franquicia, que en anteriores entregas se presentaban inicialmente como los enemigos de Dominic Toretto, interpretado por el famoso actor Vin Diesel, y su su grupo de socios; al principio del filme ambos personajes se muestran brillantes e interesantes, incluso muy divertidos.
Uno de los puntos que marca esta nueva historia es la relación tan tensa que existe entre Shaw y Hattie, de hecho, Deckard Shaw asume esta misión para tratar de salvarle la vida, una solicitud hecha por Magdalene Shaw la madre de ambos, interpretada por Helen Mirren, quien se encuentra en prisión cumpliendo una larga condena.
Magdalene, quien aparece en las primeras escenas de la película hecha mucho de menos los días en que estaban juntos y eran una familia muy unida, de hecho, quiere salir de la cárcel para recuperar a su familia; en una de las escenas iniciales Deckard y Hattie visitan a su madre y le llevan un pastel de cumpleaños, donde está oculta su forma de escape; algo que tal vez veamos en una próxima secuela.
A pesar de sus promesas al final de A todo gas 8 Luke Hobbs trabaja nuevamente bajo las órdenes del gobierno de los Estados Unidos para tratar de salvar al mundo, durante el desarrollo de la trama muestra algunos diálogos muy ingeniosos, y como siempre hace estallar la pantalla con sus escenas de acción; su enlace con la CIA es Lock, interpretado por Ryan Reynold, quien se encarga de dar toda la información sobre el fatal virus.
Lo más criticado de la película
A todo gas 8, de acuerdo con algunos de sus críticos, se desarrolla como una caricatura, y aunque muchos alaban que es una producción interesante que no se toma a sí misma demasiado en serio e intenta explotar su lado gracioso, no aprovecha a fondo la libertad que otorga esa actitud para convertir al filme en una obra significativa de este género, algo que sí lograron las primeras entregas.
En cuanto a los personajes principales Hobbs y Shaw, quienes están familiarizados con las anteriores entregas de la saga, se sienten interesados en la brillante interacción entre ambos; sin embargo, con el desarrollo de la trama terminan siendo algo tediosos, en parte por exagerar su infantilismo y en parte porque intentan ser graciosos, lo que se nota como poco natural y forzado en la cinta.
Curiosidades del rodaje de A todo gas
La película A todo gas transcurre en un espacio temporal de dos años luego de los hechos ocurridos en A todo gas 8, lo que para algunos críticos es una estrategia para que en ese lapso de tiempo se pueda desarrollar una nueva historia de la saga del Universo de Fast & Furious, lo curioso es que de darse este filme sería una secuela de A todo gas 8 y una precuela de A todo gas 9, algo no visto hasta ahora en esta franquicia.
La película protagonizada por Dwayne Johnson y Jason Statham ha sido muy bien recibido y en sus primeras presentaciones ha recaudado más de 330 millones de dólares, lo que la perfila como un nuevo éxito en taquilla. Otra de las curiosidades del rodaje es que los protagonistas tienen cláusulas en sus contratos que para asegurarse de no perder en las peleas que se desarrollan en el set, incluso Statham cuenta con un acuerdo con los productores que limita cuan mal se puede ver luego de una pelea en algunas de las escenas del filme